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domingo, 4 de noviembre de 2012

LENGUA DE SIGNOS: Verdades y mentiras sobre las personas sordas


La CNSE, Confederación Estatal de Personas Sordas, es una Organización No Gubernamental, sin ánimo de lucro, declarada de Utilidad Pública desde 1984 que defiende y atiende los intereses de las personas sordas de todo el Estado español, independientemente de cual sea su grado de sordera y situación individual, así como a sus familias. La CNSE trabaja también en el ámbito internacional y está reconocida como Organización No Gubernamental de Desarrollo (ONGD).

En nuestro país, hay casi un millón de personas con diferentes tipos y grados de sordera. De este total, aproximadamente, un 10% cuenta con certificado de discapacidad, lo que le convierte en el grupo más vulnerable del conjunto.

¡Nada de sordomudos!
Las personas sordas son aquellas que tienen una pérdida auditiva (mayor o menor) y encuentran en su vida cotidiana barreras de acceso a la comunicación y la información.
Sordomudo es un término trasnochado e incorrecto que resulta molesto para este colectivo. Y es que tradicionalmente se pensaba que una persona sorda "aparentemente" era incapaz de comunicarse con los demás. No es así ya que pueden comunicarse a través de la lengua de signos y también de la lengua oral (en su modalidad escrita, hablada y cada cual en función de sus habilidades)

¿Qué es la Comunidad Sorda?
Es el colectivo que participa de unos valores culturales y lingüísticos construidos en torno a la lengua de signos y a una concepción del mundo visual. La comunidad sorda está formada por personas sordas y oyentes que comparten un mismo legado lingüístico y cultural.

¿Una lengua de signos para todo el mundo? 
Pues no; la lengua de signos no es universal. Cada país posee su propio idioma, al igual que ocurre con las lenguas orales. En España, por ejemplo, contamos con la lengua de signos española y, en el ámbito de Cataluña, la lengua de signos catalana. Por cierto, la expresión "lenguaje de signos" también es totalmente incorrecta.

Signar no es hablar 
Claro, porque signar es el verbo que define la comunicación en lengua de signos. Cuando usamos las lenguas orales hablamos pero cuando usamos cualquier lengua de signos, signamos.

Leer los labios
Es un mito extendido considerar que todas las personas sordas pueden comunicarse perfectamente gracias a unas dotes increíbles para la lectura labial. No es cierto. La lengua oral está concebida para percibirse por el oído y no por la vista. Hay muchas situaciones que impiden hacer una buena lectura labial, como la falta de luz, la mala vocalización de quien nos habla, la velocidad.

¿Y cómo son las barreras de comunicación?
Pues lo cierto es que no se ven, ya que son muy sutiles pero impiden a las personas sordas participar. La falta de subtítulos, de señales luminosas para advertir de alguna situación o la ausencia de intérpretes de lengua de signos en los distintos ámbitos de la vida son barreras que dificultan el acceso a la comunicación y la información y aíslan a las personas sordas.

¿Si grito mucho me entiendes?
Una persona sorda no tiene porqué oírle por mucho que chille. Lo mejor es hablarle despacio, vocalizando, de frente, sin taparse la boca y sin aspavientos.

La actitud es lo que cuenta Lo más importante para comunicarse con una persona sorda es querer hacerlo. Su voluntad de entender y hacerse entender es fundamental. Por otra parte, aprender la lengua de signos nos ofrece la posibilidad de tener una conversación eficaz, completa y en tiempo real con una persona sorda usuaria de esta lengua. ¡Anímese y aprenda a signar!

Nuestro país ratificó en 2007 la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que insta a los Estados a proteger y respetar sus respectivas lenguas de signos. Hoy nadie parece dudar que defender la lengua de signos española es, además de proteger a una minoría, apoyar el patrimonio cultural de nuestra sociedad.

Extraído de la página de:

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